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Entendiendo el estancamiento en los procesadores: ¿Por qué seguimos en los 64 bits y no en los 128 bits?








¿Por qué no existen los procesadores de 128 bits? ¿Te has preguntado por qué nos hemos quedado estancados en los procesadores de 64 bits durante más de dos décadas? 

Parece que llevamos mucho tiempo usando procesadores de 64 bits en nuestros ordenadores, consolas y dispositivos móviles, con algunos rezagados aún utilizando 32 bits. Pero, ¿qué ha pasado con los procesadores de 128 bits? ¿Por qué no los encontramos en el mercado?


Si echamos la vista atrás, recordaremos que los procesadores de 8 bits hicieron su aparición en los años 80, en máquinas icónicas como el ZX Spectrum, el primer IBM PC o la consola NES. 


En los años 90, llegaron los procesadores de 16 bits, con los famosos Intel Pentium, el mítico Commodore Amiga y la consola Super Nintendo, entre otros.




Poco después, los procesadores de 32 bits se hicieron presentes y, a principios del nuevo milenio, llegaron los de 64 bits. Aunque es cierto que estos últimos no se convirtieron en un estándar hasta hace poco, ya tienen más de 20 años en el mercado. Sin embargo, nos preguntamos: ¿dónde están los procesadores de 128 bits?


Para entender esto, tenemos que hablar del concepto de bits y su relación con la CPU. 

El bit es la unidad mínima de información en informática, puede ser un 1 o un 0. Mientras que en nuestra vida cotidiana utilizamos el sistema decimal con 10 números (del 0 al 9), en programación se emplea el sistema binario con solo dos números.


Dicho esto, cuando trabajamos con números más grandes, se necesitan más bits para que el ordenador pueda procesarlos. Los primeros ordenadores comerciales de los años 80 utilizaban procesadores de 8 bits, lo que significa que solo podían manejar números del 0 al 255. A medida que los procesadores se volvieron más potentes y las tareas requerían mayor complejidad, se hizo necesario trabajar con números más grandes.


Así fue como surgieron los procesadores de 16 y 32 bits. Con un procesador de 32 bits, por ejemplo, se pueden codificar hasta 4.294.967.295 números. Esto permitió mostrar más colores en pantalla y realizar operaciones más complejas simultáneamente. Sin embargo, aún con 32 bits, solo podemos gestionar alrededor de 4 GB de memoria RAM, limitando nuestras capacidades en tareas exigentes como la edición de vídeo o el análisis de datos.


Fue entonces cuando llegaron los procesadores de 64 bits, capaces de manejar hasta 18.446.744.073.709.55.615 números, lo que equivale a 18,4 billones de GB o 18,4 Exabytes. Con estas capacidades, resulta evidente por qué no existen procesadores de 128 bits en la actualidad: simplemente no los necesitamos. Los procesadores de 64 bits nos brindan suficiente potencia y capacidad para nuestras necesidades actuales y futuras previsibles.


Es cierto que hay componentes de hardware, como el bus de datos de la memoria gráfica, que utilizan 256 o 384 bits, pero son especializados y tienen tareas específicas. 

En los últimos 20 años, a pesar de los avances tecnológicos, no se ha visto rastro de los procesadores de 128 bits. 


Por ahora, simplemente no son necesarios. Sin embargo, quién sabe qué nos deparará el futuro. Tal vez, estemos a las puertas de trabajar con ordenadores cuánticos, donde los bits tradicionales ya no sean la medida de referencia.



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